En carnicería Recio pensamos que en la variedad está el gusto. Y que no hay carne mala si está bien criada y tratada con cariño por profesionales competentes del sector. Es decir, por ganaderos serios y carniceros cuidadosos.
Como podemos ser los Recio, u otros compañeros de profesión, que levantamos cada día la persiana de nuestros establecimientos para seguir haciendo lo que se nos da mejor: ofreceros producto rico, rico, como diría nuestro inmortal Karlos.
Últimamente nuestros clientes nos piden más productos elaborados con diferentes tipos de carnes: Albóndigas, ferreros de morcilla, ternasco relleno, rollitos de pollo, croquetas… Y como a nosotros nos gustan todas las carnes, vamos, que no somos de los que miran con cara estirada las que no sean de ternera alpina, hoy os vamos a hablar de la maravillosa carne de pollo.
Esta carne es especialmente indicada ahora mismo para tomar por dos razones:
El confinamiento reciente, con su falta de ejercicio y sus recetas caseras y gozonas, nos ha hecho salir de casa a algunos redondos como albóndigas. Y hay muchas ganas de iniciar la operación bikini, y lucir tableta, enterrada o no, y para eso la carne blanca es perfecta.
El calorcito de más de 35º ha llegado para quedarse, y hacer una siesta de longaniza y chuletón está bien para el fin de semana, pero entre semana qué bien nos sienta las pechuguitas acompañadas de una ensalada fresca o un plato de judías verdes.
En este post diseccionamos la carne de pollo, os hablamos de sus ventajas, os ofrecemos unos consejos de manipulación y cocinado, una receta bien fresquita de temporada y por supuesto, pondremos bajo la luz del foco la famosa leyenda negra de los pollos hormonados.
Beneficios de carne de pollo
Nuestra querida ave tiene varios beneficios, a destacar:
- La carne de pollo, como todos sabemos, tiene poca grasa. Un pollo tiene un contenido de grasa que oscila entre el 3 y el % según la pieza que elijamos, lo cual sube al pódium de las carnes magras. Para los más intransigentes con el tema grasa, podemos reducirla aún más, retirando la piel, pues en este tejido el ave concentra mayor cantidad de lípidos.
- Pocas calorías. En el caso del pollo, 100 gramos de muslo aportan tan solo unas 110 kilocalorías, cifra que se eleva ligeramente a 120 kcal en la pechuga. Si comparamos con las 255 Kcal contenidas en 100 gramos de lomo de añojo o con las 250 de los 100 gramos de las chuletas de cordero, salta a la vista que el pollo es nuestro mejor amigo para moderar nuestra ingesta calórica sin renunciar a la carne.
- Fuente de vitaminas y minerales: como la vitamina A, la B6, la B12 la niacina, la tiamina o la riboflavina, o minerales como el hierro, el zinc, el magnesio, el potasio o el fósforo están presentes en esta carne. Y para aquellos que sufren de hipertensión sabed que es baja en sodio, con lo cual podéis consumirla sin remordimientos.
- Fácil digestión: La carne de pollo es muy fácil de digerir, esto se debe, sobre todo, a que no contiene tantas purinas como otras carnes. Lo cual la hace perfecta para personas con molestias gástricas y también niños y bebés.
Para más detalles la Fundación Española de Nutrición y Fedecarne en su guía nutricional de la carne, nos explica largo y tendido las ventajas de consumir carne de pollo.
Receta veraniega de brochetas de pollo
Como contábamos en el post anterior estamos en tiempo de barbacoas y cenas al aire libre, y nos apetecen recetas frescas que no nos tengan junto al fuego sudando como pollos, nunca mejor dicho. Así que las brochetas, hechas por nosotros, los Recio, como las caseras, son un recurso rico y fácil.
La clave para unas jugosas brochetas de pollo, o de cualquier carne, está en usar materia prima de calidad. La carne de pollo se puede quedar reseca con fácilmente así que os recomendamos marinar la carne y combinarla con verduritas que aporten sabor y jugosidad. El calabacín o la berenjena son de esos vegetales que arropan siempre a la carne, pero para que ese maridaje se dé la cocción debe estar en su punto.
Y ahí nos surge el problema: si dejamos el mismo tiempo al fuego, un calabacín que una pechuga, por muy generosas que esta sea, acabará reseca como un puñado de arena. Y si preferimos hacerla más tierna, entonces la verdura se quedará dura, sin soltar toda su melosidad.
Truco Recio: cocinar el calabacín o berenjena previamente en el microondas unos minutos. Ese calor hará que las verduras se ablanden y, cuando lo pongamos en la plancha, solo faltará dorarlos hasta que adquieran ese sabor ahumado y suave que tanto nos gusta.
Y ahora, atención a la carne de pollo, si tienes un rato, mientras esas verduras se ablandan el microondas no estaría mal que la marinases.
Y este el truco Recio número 2: la carne de pollo responde muy bien al marinado, eso sí, poco rato o sino la carne se deshará y la textura dejará mucho que desear. Con 20 minutos es suficiente para que adquiera sabor y se ablande ligeramente. Por cierto, una vinagreta de tomate y albahaca, le puede dar un toque de frescor a la brocheta.
Si no te quieres complicar o vas justo de tiempo te dejamos nuestras 3 opciones Recio más sabrosas con carne de pollo:
- Recius Acacia: Muslo de pollo deshuesado, solomillo de pechuga, y relleno del queso más suave y cremoso: el gouda.
- Recius Implossion pollo: Carne de pollo con tres tipos de brotes, radicchio, escarola rizada y canónigo. Para esa que esa Recius haga implossion en tu paladar añadimos: tomate natural, cebolla, pepinillo y queso cheddar.
- Epic chicken, tiras de solomillo de pollo marinadas y empanadas en crujientes nachos.
Consejos de conservación y manipulación para la carne de pollo
Seguro que lo sabíais, pero te recordamos que la carne de ave cruda se contamina muy fácilmente.
Por eso te damos unos consejos para mejorar la conservación y la manipulación:
- Nunca dejes la carne de ave a temperatura ambiente. Es imprescindible refrigerarla inmediatamente tras su compra.
- Lávate las manos siempre que se manipule carne cruda.
- Conserva la carne en su envoltura original hasta su cocinado y consumo.
- Nunca descongeles la carne a temperatura ambiente, siempre en el refrigerador o en el microondas.
- Lava el cuchillo y la tabla con detergente y agua caliente, incluso si es posible en el lavaplatos antes de volver a usarlos. Es norma muy sencilla con la que evitarás contaminar otros alimentos con las posibles bacterias que se hayan podido depositar en estos utensilios procedentes de la carne cruda, que se suelen alojar sobre todo en la piel del ave, como por ejemplo la salmonella.
La leyenda negra de la carne de pollo con hormonas
Si eres de los pocos que no has oído hablar de ella tampoco sabrás nada del área 51, o el vídeo de Ricky Martin, o las prótesis de Ana Obregón estallando en pleno vuelo. En fin, que el hablar de pollo repleto de hormonas es un clásico de charla de vecinos y cuñados.
Te damos argumentos para que puedas lucirte delante de tus amigos y acabar con las falacias en cuanto a la humilde y sana carne de pollo.
El primero, que el Gobierno prohibió ya hace años, el año 2009, el uso de hormonas en la cría de ganado por un Real Decreto que modificó la normativa anterior y que prohibió definitivamente el uso en la cría de ganado de determinadas sustancias beta-agonistas para tratamientos terapéuticos y zootécnicos.
Y segundo, Manuel Grueira, autor del blog sobre seguridad alimentaria Alimenta Acción nos dice: “hay legislación estricta de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que exige controles periódicos para evitar el uso indiscriminado de medicamentos y antibióticos, para que sean utilizados sólo cuando hagan falta. Y también se realizan controles para evitar la presencia de residuos de estas sustancias en los pollos en el momento del sacrificio”.
Es decir que para el engorde de pollitos lo que influye es la genética, la alimentación, la sanidad y el manejo de los animales en la granja. Ni hormonas a gogó ni antibióticos en chorro vas a encontrar en la honesta carne de pollo.
Os habéis quitado un peso de encima, y encima podéis luciros como cocineros informados e influyentes, ¿verdad? Pues ahora sin excusa para degustar las delicias de pollo, ¡bon appetit!
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