A los Recio nos encanta celebrar los cumpleaños. Solo en nuestra bien nutrida familia tenemos muchos para elegir. Pero no siempre a lo largo de la historia ha sido así, os lo contamos en este post, así como las diferentes costumbres por países a la hora de celebrar los cumpleaños.
En la actualidad y salvo que las cosas cambien mucho, los cumpleaños son un día señalado, de los que apetece verse con familia y amigos comiendo y bebiendo si puede ser, algo especial. Además, depende de nuestra edad los cumpleaños se nos quedan fijos en nuestra mente y los recordamos siempre, eso de… “¿Te acuerdas cuando cumplí 10 años y me regalaron la bicicleta? ¿Y cuando cumplí veinticinco y justo me llamaron para esa entrevista de trabajo? Y cuando cumplí 32 y justo firmamos la hipoteca, menudo regalito…”
«Haters» del cumpleaños
Los cumpleaños son parte de nuestra vida, y nos gusta que sea un día especial, haciendo cosas en compañía y disfrutando de una buena comida y bebida.
Pero como de todo tiene que haber, también existen los odiadores o haters de sus propios cumpleaños, eso es una tribu aparte. ¿Conocéis alguno? Os los describimos: son personas que les repatea tremendamente celebrar el cumpleaños, cada uno tiene sus razones.
Algunos se empeñan en contarlas cada cumpleaños después de soplar las velas y otros te las explican pormenorizadamente -y de paso te explican porque odian la navidad-.
En la telecomedia eterna de Friends tenemos un episodio en el que Rachel cumple 30 y se siente hundida: su vida ha acabado. Todos le hacen una fiesta y para consolarla le cuentan sus otros cumpleaños de 30 años y lo que les pasó en ellos.
Como siempre, todos tienen una buena historia que contar, ¡incluida la de Phoebe que resulta que se entera que en su supuesto 30 cumpleaños cumple realmente 31!
¿Y qué razones podemos tener para odiar cumplir años? Puedes hacer esta pregunta a los odiadores oficiales de cumpleaños y os sorprenderá la multitud de respuestas, por ejemplo:
- Envejecer, la respuesta ganadora.
- Recibir demasiada atención, a estos lo de que la gente les llame y les felicite les hace brotar sarpullido de indignación e incomodidad.
- Ejercer de anfitrión, porque temen no estar a la altura del convite que se espera de ellos.
Para las dos primeras razones los Recio no podemos hacer nada, aún no hemos descubierto las albóndigas de la eterna juventud ni la morcilla calmante para acabar con la ansiedad de las mil llamadas deseándote feliz cumpleaños.
Pero para la tercera razón, si que podemos ayudaros, echad un vistazo a un nuestros packs cumpleañeros, en nuestro perfil de Instagram mucho más.
¿Desde cuándo celebramos nuestro cumpleaños? El antiguo Egipto
Según nos cuentan los historiadores los primeros cumpleaños a celebrar fueron los de los faraones, en el antiguo Egipto, alrededor del año 3000 a.C. la idea no era celebrar cuando nacían, sino que la fecha desde que un faraón era coronado.
Se concedía fiesta a los trabajadores, -eso no estaría mal copiarlo, ¿verdad? Para el cumple del jefe-, y se festejaba a lo grande. El único fin era desear al soberano una larga vida, ahuyentando los malos espíritus, ya que se creía que la muerte acudía en esa fecha para robarle el alma al desgraciado faraón.
Los cumpleaños en la antigua Grecia y Roma
Los antiguos griegos ampliaron las celebraciones de cumpleaños a su interminable catálogo de dioses, e iniciaron la tradición de preparar una tarta (de harina, cereales y miel) que debía ser redonda como la luna, sobre el altar del templo de Artemisa.
Fueron los griegos los que también añadieron unos cirios rodeando a la tarta de Artemisa. La diferencia con la actualidad es que no se soplaban, sino que se debía dejar consumir por sí solas. Cuanto más tardasen en apagarse, más promesas de larga vida y prosperidad para el dios en cuestión y sus fieles.
Como sabéis, los romanos copiaron a los griegos en casi todo, eso sí, poniendo su toque personal. En este caso comenzaron a celebrar la fecha de nacimiento de sus emperadores, incluso de cónsules y senadores de importancia.
Los primeros cristianos y los cumpleaños
Para los primeros cristianos seguir celebrando los cumpleaños no armonizaba con sus creencias, lo que la nueva religión conmemoraba era los aniversarios de fallecimiento de Jesucristo, los Apóstoles, Santos y Mártires. De ahí que actualmente, algunas religiones como los Testigos de Jehová, prohíba la celebración de los cumpleaños.
Conforme el cristianismo se expandía y en el siglo IV se establecía como la religión oficial por parte del emperador Constantino, se sustituyeron tradiciones paganas por cristianas, y se admitió la celebración de los años desde el nacimiento. Así como se introdujo la festividad de la Navidad y la Epifanía de los Reyes Magos.
La tradición de celebrar los cumpleaños fue expandiéndose y adaptándose a los nuevos tiempos y países según iban transcurriendo los siglos. Pero esto merece un capítulo aparte.
Los cumpleaños por el mundo
Una de las costumbres más conocidas es la tarta de cumpleaños, heredera, ahora ya sabemos, de la de Artemisa. El cumpleañero pide un deseo en silencio y luego sopla las velas. Si las sopla todas de una vez, se dice que sus deseos se harán realidad.
A los que sois menos de dulce os animamos a hacer los mismo pero una comida igualmente redonda: la hamburguesa
Nos vamos de recorrido por el mundo, especialmente por Latinoamérica:
- En México no puede faltar una piñata. Está hecha de cartón o papel endurecido con engrudo, y decorada en forma de estrella, si es de las más tradicionales. Se llena de juguetes o confites o dulces, y se cuelga con una cuerda. Los niños, con un bastón o con un palo de escoba, se turnan para tratar de reventarla y sentir esa lluvia de caramelos.
- En España y también en Argentina, es costumbre tirar de las orejas al cumpleañero, una vez por cada año que cumple.
- En la República Dominicana, da buena suerte rociar de agua a la persona festejada.
- Atención a Chile: el cumpleañero recibe el manteo. Se le coge de pies y manos entre cuatro personas y se le levanta al aire tantas veces como años se cumplen.
- En Paraguay, se dan palmadas en la espalda del cumpleañero. La costumbre habla de palmadas más fuertes que otras…
- En Perú, tienen la encantadora costumbre de arrojar harina y romper huevos en la cabeza a la persona que cumple años.
- En Venezuela, es muy común cantar “Ay, qué noche tan preciosa”, para luego pasar a cantar el cumpleaños; al terminar, todos los invitados abrazan al agasajado una vez apagadas las velas.
- En algunas partes de África se celebra el primer cumpleaños de un niño regando granos de sal y alumbre en el suelo de su casa. La creencia es que eso llenará de paz y tranquilidad el espíritu del pequeño.
- En algunas zonas de Escocia e Irlanda cogen a los cumpleañeros más jóvenes por los pies y los ponen bocabajo. Luego los golpean suavemente contra el piso por cada año cumplido mientras sus allegados sonríen y aplauden.
Pero nuestra celebración favorita es una que se da en pequeños pueblos alemanes junto al río Rhin: Si un hombre sigue soltero a los 30 años, está obligado a barrer las calles de su pueblo, mientras sus amables amigos van echando basura delante de él.
La finalidad de esta curiosa costumbre es demostrar a las indecisas mozas del pueblo que ese, ya no tan joven cumpleañero, es capaz de limpiar y mantener su hogar y vale la pena casarse con él.
Se nos ocurre trasladar esta celebración a Mallén, Zaragoza, y de paso a toda España. ¿Qué os parece? Eso sí, después de celebrarlo con una comida Recius, digna de un cumpleañero.
¡Feliz cumpleaños a todos los que os toque en estas fechas!